Autoconocimiento, Salud Mental

Lo que nadie te cuenta sobre la felicidad.

«Si no eres feliz, algo estás haciendo mal.»
«Piensa en positivo y todo cambiará.»
“Si lo tengo todo, ¿por qué estoy mal?»

¿Cuántas veces has escuchado frases como estas? Nos llegan de películas, redes sociales, libros de autoayuda… y acaban moldeando nuestra visión sobre la vida y la felicidad. Vivimos en una sociedad que idolatra la felicidad, que nos dice que cualquier emoción desagradable es un problema que debemos solucionar cuanto antes. ¿Y qué ocurre cuando nos creemos este mensaje?:

  • Nos volvemos impacientes con nuestras emociones. No toleramos sentirnos mal ni un solo día sin buscar una solución inmediata.
  • Evitamos el malestar a toda costa, lo que nos lleva a decisiones impulsivas o a vivir en una búsqueda constante de «lo siguiente» que nos hará felices.
  • Nos sentimos defectuosos. Si creemos que la felicidad es el estado normal del ser humano, cualquier emoción desagradable nos hace pensar que hay algo mal en nosotros.

Te menciono a continuación uno de los tres mitos que propone el psicólogo Russ Harris, y te invito a desmontar conmigo el resto en el episodio del podcast «¿Por qué no somos felices?» en los siguientes links:

https://open.spotify.com/episode/0eMIEV2rOG0uxZFOPVmPOA?si=3nPrGMTYRhunfpiqyLBx6A

https://youtu.be/uAaavpWQY3k

Mito 1: «La felicidad es el estado natural del ser humano»

Parece que si tenemos nuestras necesidades cubiertas (comida, techo, compañía…), seremos felices por defecto. Pero, ¿es realmente así?

Consecuencias de creer en este mito:

  • Cuando tienes un mal día, te dices a ti mismo: «No debería sentirme así».
  • Rechazas tus emociones negativas, intentando ignorarlas o suprimirlas en lugar de comprenderlas.
  • Desarrollas una visión irrealista de la felicidad, como si fuera un estado permanente en el que deberías vivir.
  • La comparación con otros te hace sentir peor. En redes sociales solo vemos momentos felices y creemos que somos los únicos que no están bien todo el tiempo.

La realidad

El cerebro humano no está diseñado para la felicidad constante. Su función principal es la supervivencia: detectar problemas, anticipar peligros, reaccionar rápidamente. Sentir tristeza, miedo o frustración no es una falla, sino una parte normal de la experiencia humana. La verdadera salud emocional implica aceptar y transitar todas nuestras emociones.

¿Cómo podemos manejar mejor estas expectativas sobre la felicidad?

  1. Valida tus emociones en lugar de luchar contra ellas.
    En lugar de preguntarte «¿Por qué me siento así?», prueba con: «Es normal que me sienta así, todas las emociones me dan información».
  2. No te compares con la felicidad aparente de los demás.
    Lo que ves en redes es solo una versión filtrada de la realidad. Nadie está feliz todo el tiempo.
  3. Practica la aceptación emocional y trata de ponértelo fácil.
    En lugar de decir «No debería sentir ansiedad», prueba con: «Estoy sintiendo ansiedad en este momento, algo me está activando», «¿qué necesito en estos momentos? quizá salir a dar un paseo, llamar a una amiga, ducharme tranquila…».
  4. Encuentra bienestar en pequeños momentos sin presionarte por «ser feliz».
    No busques la felicidad como una meta grandiosa, si no como algo que puede encontrarse en las cosas sencillas y alcanzables de tu día a día. Tratan de insistirnos en que nuestra vida tiene que ser apasionante y estar llena de planes espectaculares, algo que no se corresponde con la rutina que tenemos la mayoría de nosotr@s. Por eso es importante no esperar a días concretos y excepcionales, si no aprender a disfrutar de un café tranquilamente, una conversación sincera, un rato de silencio, etc…

Espero que el artículo de hoy te haya aportado.

Un abrazo,

Natalia de A tu salud mental.

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